Hay una gran cantidad de sentimientos que el hombre no
conoce. Estos, nada tienen que ver con algo relativo a la edad de cada uno.
Simplemente que el mundo es mucho más de lo que uno puede ver y es el mismo
hombre el que le fue agregando infinitas variables que combinadas pueden llegar
a lugares insospechados por nosotros. Lo mejor, es que al encontrarse uno con
estos sentimientos desconocidos, no sabe cómo nombrarlos, y eso, hace que esa
avalancha de emociones se desparrame rompiendo las barreras del lenguaje.
Hace varios días, mi cuerpo y mi mente fueron participes de
una de las sensaciones más extrañas que hayan vivido hasta hoy. Mientras atravesábamos
con mi grupo de viaje el sur de Bolivia a bordo de una camioneta, tuve la sensación por un momento de
haber dejado el mundo en el que habitamos día a día. Como si el tiempo corriera
diferente, o más aún, como si se hubiera detenido. La no-vida. La no-muerte. La
eternidad del instante interminable. No había cielo ni infierno, no había
mundo, al menos no el que conocemos. La prueba inexorable de que realmente esto
era así, es que no necesitaba respirar para sentirme despierto, el aire entraba
a borbotones por cada poro de mi piel tan silencioso como intenso. Del otro
lado de la ventana, un manto blanco cubría el desierto y las montañas. De este
lado, otro manto blanco cubría toda la camioneta. La inconfundible voz de Thom
Yorke llegaba como un bálsamo para mi frágil corazón. Flotaba como una pluma,
en este mundo hermoso y deseaba ser especial. Y lo fui. En ese instante no
había nada más especial que yo. Y aunque la canción insista, y me pregunte que
hacía allí, yo supe que en ese momento pertenecía a ese extraño lugar, porque
yo era extraño.
Como verán, son solo aproximaciones, solo adornos, solo
pocas las palabras, y algunas de ella ni siquiera mías. Perdón, las palabras no
son de nadie, mucho menos mías, ni de Thom. Pero algunos las usan mejor que
otros, no es mi caso. Si el de Thom. Sin embargo ahí estaba, sin palabras, con
Bolivia, con desierto, con montaña, con nieve, con Delfina, con Agustín, con
Magdalena, con Carlitos, con Kate, con Carrie, con Thom, con Jonny, con Ed, con Colin, con Phil. Con todos. Conmigo. Con nadie. What
the hell I am doing here? No lo se, pero que bien se siente.
FIN
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